jueves, 18 de diciembre de 2008

LA MADRUGADA de la noche mil dos, de Salvador Tortosa

En la madrugada de la noche mil dos.
Es indudable que Las mil noches y una, al igual que el Martin Fierro y el Quijote, cuenta con otras mil y tantas en las que se cierran las historias que Sherezade, por la razòn conocida, fabulaba incompletas.Las ediciòn se ha perdido, pero, a quienes han leido a Hernández y a Cervantes, nos es dado presumirlas.

Resulta que con grande fortuna, el alfarero reparò el ànfora en breve, cuando aùn ardìa el corazòn del longevo avizor. Ëste, dio al artesano en gratitud, una buena parte de sus posesiones y dispuso tambièn para su descendencia, una detallada preceptiva, completa de atuenaciones y recapitualaciones, acerca de còmo debìa procederse con los despojos y con el ánfora que contendrìa sus cenizas.
El hombre muriò y quizo bien la fortuna, porque sus herederos observaron con correcciòn lo prescripto y procedieron en una ceremonia rigurosa a asentar el càntaro en el recinto santo y central de la familia.Unos tras otros los años y los ocupantes sucedieron y la vasija y la leyenda, acrecentaron la memoria del fundador del linaje.
Tiempo después, siglos quizà, cuando ya circundaba al ícono una naciòn ìntegra, cierto rumor de hordas hizo temblar con sus cascos la superficie de la tierra. Legiones innumerables quebraron las fronteras y avasallaron a palmos con deflagraciones, saqueos y exterminios a cada hombre y a cada bestia que sucumbiò inocente y desprevenida.
El bárbaro ascendiò al menhir sobre el que se enclavaba el emblema y lo acometiò a patadas hasta que desequilibrado, rodò por la pendiente deleznándose en guijarros de color rojo, que liberaban al viento las motas grises del vencido al fin. Luego, con un discurso inconexo, se expresó desde el sitio ante el gentóo enardecido y ávido.
Sus palabras fueron apagadas por el sonido exultante de los maleantes embravecidos y embriagados.
El nuevo rey pensò sin buscarlo, en el destino, en la gloria eterna de sus huesos y en el para quièn de todo aquello. Y se respondió sin habla, sin palabra, con un destello mínimo, que todo estaba allì, que la vida es un instante en un lugar eterno, distinto y distante del espacio y del tiempo, dos coordenadas inmprescindibles... para los cuentos.

Las mil y dos noches, de Juan Javier Botiglieri

Las mil y dos noches
Esto fue lo que la princesa narró al califa aquella noche.En una ciudad del Jorasan vivía un anciano que había alcanzado durante su vida algunos logros, siendo el que más lo confortaba la posesión de un ánfora que protegía celosamente y que tenía destinada a conservar sus cenizas. El cacharro no era de excepcional calidad, pero en su forma primabanía la armoníaEstando el hombre ausente se desató una inesperada tormenta, la casa se conmovió y la vasija se quebró. Queriendo repararla, acudió a un alfarero, hombre muy respetado por la fineza de su arte y por su sabiduría acerca de las cosas de la vida, quien dictaminó: puede repararse, pero no sin esfuerzo y tiempo.Y quedará una cicatriz que el paso de los años irá suavizando. El anciano dijo entonces: puedes advertir que ya no soy joven y me angustia una larga espera ya que mi vida podría acabar repentinamente y no llegaría a ver el daño reparado .A lo que el alfarero respondió: no está en tus manos abreviar los tiempos; si está escrito que tus restos se guarden en el ánfora, así será y si no, tus cenizas serán dispersadas y olvidadas.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

PRECISIONES: "CONSUMISMO"

Salvador Héctor dijo...
Una de las principales dificultades que depara la intelección, (ya lo habìamos atisbado en un artìculo de Maristella Svampa), de aquellas racionalizaciones de sesgo socio-econòmico o de caracter històrico, es la imprecisión conceptual, la infinita extensión (mágia) de los tèrminos y los saberes supuestos (es decir los prejuicios), con lo cual no es posible entender, ni comunicar, ni compartir nada.

¿Què es eso que designa, por ejemplo, la palabra "Consumismo".? Seguro que es algo malo, acerca de lo que todos estamos de acuerdo que serìa mejor que no suceda... Pues asì lo sostienen mis amigos más buenos.

Consumismo, ¡Palabra nacida para el vituperio!

Consumismo es una afición a la ingesta desasosegada de comida. (No mento aquì la expresión "alimento", porque la imaginaciòn barquinará hacia el costado del espìritu, los oficios, los placeres estéticos, el amor o cualquiera otro sustento o motivo de sustento)?

¿Consumismo es la excesiva combustiòn, la malversación de nuestra capacidad energètica?

¿Es la aficiòn a incluir en nuestras vidas una buena cantidad herramientas y de productos tecnològicos, sin los cueles padecerìamos de una anemia que nos eyectaría lejos de nuestros saludables cìrculos ?

¿Alguìen podrìa hacer una lista de lo que es necesario?

¿Alguien podrìa contrariar a alguien, acerca de que lo que él cree que necesita, no es en verdad necesario?

¿Si un emprendedor se supera todos los meses en la construcción de artefactos musicales, de gran fidelidad reproductiva y mejores precios, es un empresario exitoso, a imitar, pues contribuye a la difusión del arte, al desarrollo de la ciencia y a la formación del capital, en tanto que un comprador exigente, que cambia cada tanto tiempo su centro musical, es un consumista?

¿O es quizà que aquel que por consumir (adquirir) mejores equipos musicales, ya no anhela consumir mùsica?

Para decirlo con el rigor de un Lògico, inquiero se me explique cuàl es el contenido objetivo del Concepto “Consumismo”.

Inteligieré el prolongado silencio como un anonadamiento… exculpable

P.D.: Hay un uso innecesario de celulares. Pero es la adicciòn a un consumo especìfico, que hay que analizar como tal; es por lo tanto, una sub-especie muy alejada del supuesto gènero "Conumismo"