lunes, 27 de diciembre de 2010

La obra

(De Historia breve de la antigua República Popular Teca, Introito))
Miguel quedó atónito al concluir Moises. Embriagado por la verosimilitud de la obra lo tocó en la rodilla: "Porqué no me hablas..." susurró exánime y por un misterio de la reflexología el pastor que durante dos años había asilado la ira que el maestro con paciencia acopiaba en su aspecto le propinó un puntapié. Maltrecho contra unos mármoles Miguel barruntó sobrecogido acerca de la ingratitud de lo amado, acerca de la inutilidad del arte, hasta que comprendió: "Si el acto original no fuera subvertirse y desconocer la creatura sería imperfecta, porque la disposición de un alma es el reflejo más difícil de esgrimir". No del modo que lo esperaba pero Moisés acusó. Y tuvo consuelo el genio que vencido, tembloroso y distante sintió regocijo porque al fin y al cabo él lo había hecho así... No para sí.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El día del libro de las mutaciones (De: Historia breve de la antigua Republica Popular Teca)

Amorel era un animal. La vi de reojo en el acceso y proseguí de espalda desenredando los días perimidos que se entrelazaban con una irresponsable disposición festiva en la monumental hemeroteca de la República. Cuando volví la mirada hacia la sala ella, que traía una bolsa de malla fina para el pan aún no había completado el ingreso. Lo hacía con la cautela de quien accede a una catedral en cuyo altar Amorel sacaba y volvía a poner cables contra el sagrario de los sistemas sin criterio usual. Éramos ordenadores, reflexioné con orgullo en la proximidad de mi colega, el afanoso analista quien efectivamente era además un animal. La mujer venía demorada por la naturaleza intimidante de los corredores de la República. Los pasadizos de Poputeca eran murallas escritas, sus anaqueles milhojas, y las paredes millares de ladríllos poblados de historias de gente y más gente una encima de otra que oraba con el silencio de las letras yuxtapuestas. Ya no estaban, es cierto, pero ahí colgaban sus rezos que es al fin todo lo que resta y que importa porque nos dan qué pensar. Pero la mujer también venía lento porque era vieja, varicosa, petiza, pobre y gorda. Lo de pobre no reporta una dificultad física, objeta usted. Sí, razona bien, pero es mi parecer de que pesa a esa edad. Amorel tenía un aspecto entre demoníaco y angelical y la mujer lo miró con embelezo mientras aparentaba quietud. Ojos grandes y claros sobre un rostro lunar orlado de cabellos tejidos con los rayos del sol equilibraban en el horizonte el sube y baja de su poquedad. El brazo izquierdo entró despacio en la alforja pendiente de la mano derecha. De ella extrajo un papel que desdobló y desdobló y que volvió a desdoblar hasta expandirlo risueña ante la mirada silente del santo imperturbable "De literatura china aquí no tenemos" fue la sentencia que le humedeció la vista sin eclipsar del todo la sonrisa pordiosera. A corta distancia miré la escena y me dolió que Amorel no atinara siquiera a inquirir a los sistemas por esa cosa que clamaba el papel y que de un modo tan devoto le enrostraba la muda. En repoputeca lo tenemos todo y lo que no, se roba, se fotocopia o se compra por la internet. ¡Si hasta habíamos crackeado los seminarios de Lacán una vez! El mundo sería todo de los otros, pero los signos serán todos nuestros... Eso pensé. Por diversos motivos, se había impartido además la misiva de un trato más especial, más deferente para con los extranjeros: porque necesitábamos ciudadanos, porque debíamos validar representatividad ante quienes no lo querían ser y porque podían estos encubrir espías, emisarios consulares y hasta divinidades disfrazadas ¿Y si esa mujer por sus modales dulces y por la relevancia de lo que entonces pidió era Dios?
Procuré interceder en su favor, interpelar por su interés ante el analista pero su mirada me lo impidió porque no apartaba los ojos de aquel "No sea ordinario usted, no se da cuenta que estoy hablando con el señor" me pareció oír en una grieta minúscula que agrió un instante su beatitud de plenilunio. Contrariado porque no había lo que ella buscaba y porque a ella ya no le interesaba lo que hasta recién parecía pretender, me oriente hacia el adorable animal: "pregúntele a la señora si puede retornar por la tarde, que a las cinco obtendrá lo que anhela".
No sé qué pasó luego, si volvió, se olvidó o qué. Su ingreso fue providencial porque después de diez años, casi en el final de mi mandato la emisario vino a denunciar que repoputeca carecía del objeto más antiguo del mundo, el sagrado relato oracular del I Ching. Comprendí por la volatilidad de su interés que la mensajera era una amanuense, alguien que como Amorel ni siquiera sabía leer, que Repoputeca estaba destinada a perecer, que para todos era un sueño muy declamado pero también, que yo era el último hombre dispuesto a dormir en él.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Radio Agosti Informa

Se ha autoconvocado en el pueblo el tribunal de los piolas para extender visas, dar pases o prorrogar permanencia a los condenados a las barracas del gueto de los boludos. En el segundo item de la agenda de los sedicentes está el relevar del punto cardinal quinto a "la mujer bonita", dado que la misma ha desmejorado mucho después del nacimiento de su último hijo y cunde la desorientación en el nomenclador cartográfico. Cabe destacar que en el estrado ad hoc de los más despiertos están representados los barrios céntricos, así como Parque, Saenz Peña y Frontera. Es dable esperar que en las postrimerías de esta concilio, la orden crepuscular de las lenguaraces multiplique el barrido ordinario de las veredas y haga llegar su descontento con el veredicto del foro mediante campañas combinadas de halagos y desprestigios. Como siempre, la comarca se conserva en saludable equilibrio...Estará más limpia, por cierto.

sábado, 11 de diciembre de 2010

La gesta del engendro

Hay algo acerca de lo que ya no tengo dudas y es, que del doctor Frankestain no puede haber surgido algo mejor que esta creatura, que década tras década no deja de apaciguar su inepcia en la renovación contractual de rebeldías periódica contra lo monstruoso de una paternidad a la que renegando apela, pero que al igual que el Doctor Jekyll y Mr. Hyde no es más que el doble aspecto de una misma costura...
Ahora la pregunta es ¿Quien contrató a Frankestain para cocinar al esperpento? La lista es larga pero haremos una reducción a principios simples, univocos: todos los auspiciante y promotores del loco sabio se presumen fundadores y aluden al mamarracho engendrado con un solo un zopapo a la razon: "esta democracia es aún muy joven" Claro, para ellos, el pasado civil es un agujero negro. Siempre que oigan a alguien afirmar tal despropósito, estarán ante uno de los empleadores del sastre enfermo, que con el rayo de Zeus animó al palurdo. Éste es un punto de apoyo cierto, que se infiere del discurso y no del linaje del emisot, el qur no nos interesa, porque somos serios. Habrá más.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Ella

Ella.
Para un amigo amante.


Blandía su dolor como una cucarda púrpura
No digo que no fue lindo, pero mientras se desvestía me pareció entrever que todo el escenario montado para treparnos al manzanar de la lujuria era el sagrado estrado de la suprema corte de justicia.
Amarme fue un deber que la reorientó en su equilibrio, se portó tal como él bien lo tenía merecido; comí el pastel en su punto, saborizado por lágrimas y no fui más que el recuso de su espada salomónica.
Todo en la mujer es temibe, todo. Comenzando con la fatalidad de su irresistible atractivo y en escalera ascendente hacia su capacidad procreativa, ella es un viaje en tren fantasma por las mil estaciones de la tiniebla.
Tiene el llavero de la fuente y se arroga derechos administrativos: poda, tutela o aborta de cuajo, ella es matriz, ella es la dueña de la milagrosa fábrica.
Una mujer buena es la maravillosa ingeniería del ratito. Una mujer piadosa, inteligente y bella que prodiga la caricia indicada y te acomoda las fianzas para caminar en lo cierto es el techo celeste, la más empinada estrella. Si te es dada no te quedes, tómala y huye con la pócima del mejor recuerdo, nada sucederá luego que no sea dolor y lágrima.
La colina imperial , el núcleo solar, el clítoris de pubislandia es CEPROCOR. Allí las científicas hurgan los rastros y despejan las propiedades financieras, la rentabilidad del gen.
Nada que suceda en la disputa entre machos alfa es ahora ajeno a la demarcación territorial entre el varón y la mujer. La especie ha retornado al mandato zoológico primigenio; su propósito reproductivo o recreativo es de aliento efímero; el falo se a ha recuperado y alzado vuelo: a la hora del atardecer ha vuelto a ser excéntrico.
Si Dios ha muerto y el patriarca es extinto el mito de la paternidad fue un sueño antiguo.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La colonia educacional penitenciaria

Hay quienes nacen de marmol, bronce y de cemento; con ellos se hacen calles, ilustrtan libros y elevan monumentos. Pobres gentes.... Nacen muertos. No son los quince años carcelarios del colegio, solamente. ..... Es el sabor a podrido que le imprimen a la fruta jugosa del conocimiento.
Ah, y hay que avisarle a las docentes, siempre en orden a esta teoría, que por injusta que sea la paga y por digna la lucha humanitaria en la que se enganchen que son, serán o habrán sido operarias efectivas de la colonia educacional penitenciaria.
¡Ay esa inclinació a actuar, ser destino fatal de la expectancia! ¡Aprendan níños, apréndanme! ¡Quiero estar una vez más, quiero ser parte otra vez de la venidera infancia!

martes, 23 de noviembre de 2010

La última noticia

La última noticia.

(A Gastón Kessler, El Pelado, Fabian Peralta, Claudio Gazzola, Leandro Rouillez... Carolina Asteggiano, Cesar Rodriguez, María Terraf , Fernando Nuñez, el Arzobispo Tinucho y demás tripulantes de la Nabucodonosor...)

Sabe, hay un reflejo desgraciado en esto del disgusto sintomático, constante e incurable: nos hace menos. Hay una trampa en la crítica, en el criterio elocuente con el que amonestamos al protagonista. En principio nos tienta la suficiencia de entender del asunto mejor, con mayor sensatez y claridad que el supuesto estadista, el político habilitado, el dirigente o el especialista. Pero después nos damos cuenta de que viajamos colgados, que necesitamos del monstruo para conservar la estatura genial del doctor Frankenstein. Y el monstruo, libre, manumiso por el voto, la fama o el desastre viene y va , en cambio los que le insuflamos vida día a día, ni siquiera podemos arrogarnos una modesta paternidad.
Así en el foro nos tiramos luego de los pelos por quien ajusta mejor la noción de realidad, mas si prescindiéramos del caso, del siniestro, del malevo, el asesino o del funcionario deshonesto, es posible que debiéramos inventar un tiranuelo, otro perverso, la catástrofe prometida o el asombro de un descubrimiento. Supongo que hay que empezar a verse, a tratarse con otra dignidad. Con esa solemne majestad con que Jack Nicohlson presenta a los prófugos del loquero cuando roban el barco y se van a navegar. No hay poder ni posesión que acreditar porque es probable, que tras de cada cual haya un dios distinto inteligente y personal. Un forista, un amigo, un adversario no requieren de más. Entonce nacerán fechas que no darán de qué hablar, ni de que reír ni a quien burlar, fechas históricas, una tras otra en la que se registrará la gran noticia de unas ciertas personas que dicen ser la cúpula del mundo que en un lugar poco interesante se han sentado a conversar, ellos son la novedad.

lunes, 22 de noviembre de 2010

"Es como gente de distinta raza"

Llueve y en la campiña los agricultores se sientan en las galerías a mirar como Dios trabaja. Los albañiles en cambio están de vagos, porque del hormigón no brota nada. Alguien protesta: esa no es la idea que tenemos del trabajo. No crea, respondo, poco hay mas afanoso que el entusiasmo y la desesperanza siempre es una holgazana. La misma estúpida razón que alienta al operario a sostener que Diós a muerto es la que inspira al campesino a porfiar que Dios existe. Odio a los albañiles, es una raza bullanguera que martiriza con piedritas a los transeuntes y ahuyenta a las mujeres con pajarerías desde los andamios, pero hay que tipificar al oponente, es necesario.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Zenones contra Pereyras (Radio Agosti informa)

A propósito de una Crónica local del locutor radial, ex-presidente comunal y apasionado opositor Agostti. (Noviembre 2010)
La semblanza no es malintencionada: es malévola. En Zenon hay la guerra. Por las noches se despabilan las brujas y salen a matar niñas. Durante el día los pobladores aterrados se pertrechan y no asoman la nariz ni para pagar las cuentas. Las rutas han sido bombardeadas, pues en tan poco tiempo no podrían estar tanto peor de lo que ayer estaban. Los acopiadores impunes despegan de sus aeródromos y atacan con glifosatos las avenidas. Al subir la luna se aviva la furia de las bandas que se desangran a palos y a la media noche, extenuadas y hambrientas pactan treguas para asaltar las cocinas por las ventanas, comer panqueques y violar las abuelas. En el crepúsculo de la mañana que sigue con dos vacas que atan a los durmientes los colonos fuerzan la detención del último tren de carga. Furiosos los maquinistas bajan y se comen las holando con el cuero. En secreto los zenonpereyrinos se escabullen entre la soja y así se van a China para siempre. En el otro extremo, del lado del puro bien San Orson Wells Agosti relata fielmente los sucesos desde el altar de una crónica objetiva. Ya no queda nadie, está sin oyentes, no sé a quien le dice.

Irreparable

En "Leyendas de Rodavlas" se puede leer que el varón era tan feliz en el paraíso que a Dios le fue insoportable el error de haber concebido a un ser tan dichoso y perfecto, casi a semejanza de Él. Entonces, mientras dormía le hurtó una costilla y nada más que para fastidiarlo fraguó la mujer. Al despertar y ver algo tan bello el varón no cesó de alabar la grandeza del Señor y comió del manzano y fue aún más feliz. Dios llamó a ésta segunda gran equivocación "desobedecer". El varón, que podía ahora "crear", se le asemejaría aún más. Irritado porque Dios era él, Dios se consoló en la complacencia de su genialidad por disponer de tantos huesos alrededor del corazón de su invención. Entonces mientras ésta dormía le extirpó otra costilla con la que hizo otro ser pero esta vez incapaz de reproducir. Al despertar y ver algo tan bello para sí el varón no cesó de alabar la grandeza del Señor y comió del manzano y fue aún más feliz. Trémulo de cólera por tanto desacierto Dios tuvo que reconocer que álgo se le había escapado entre los dedos al poner en el mundo a uno que en amor competía con él y antes de arremeter de nuevo contra su pecho le envió cien infortunios para que entendiera quién era quién. El varón entendió y levantó los brazos al cielo en ofrenda del torso para que el temible dispusiera. Pero Diós no es lerdo y comprendió la treta: "si prosigo deshuesándolo" se dijo "lo haré más dichoso" Acordó entonces con ángeles y demonios una batalla de desprestigio que dura hasta la fecha contra el amor viril . Esa cosa en alguna parte del varón que parecía inofensiva e insignificante y que se le pasó por alto cuando lo terminó de hacer. Algo hurtado, noble, tierno, que no tenía hueso, pero que el amor fraguaba como el hierro y que en cierto modo competía con Él se le fue de las manos al pasar desapercibida la aparatología celeste y no lo puede corregir......

El presupuesto

El quirurgo se apronta para la sección, exuda. La compuerta del quirófano esclusa el dominó de intriga y suspenso que trastabilla a todo el mundo afectado al sujeto. La mortaja señala el terreno en el que el filo imperturbable recorrerá su elemento. En el centro solar de los spot, solitario, incólume, opera el médico. Es zona minada y contingente. Adentra un ingenio milenario de evolutiva razón: no es humano el invento. Hace lo que sabe, lo mejor. No es mala ni buena la intensión, otro es el presupuesto.

jueves, 28 de octubre de 2010

Homenaje al señor X

HOMENAJE AL SEÑOR X
En su secreto páramo serrano
Y a la hora en que nacen las estrellas
Va rumiando sus íntimas querellas
Y esperando la hora del gusano.
Una frondosa barba de patriarca,
Barba menos de santo que de asceta
Le ha crecido vagando hacia la meta
Que adivina a la sombra de la parca.
Pródigo en el arte del lenguaje
A un amigo remoto nunca visto
Le descarga su íntimo bagaje.
Y ese amigo que sabe de sus penas
Fiel accede a rendir su altanería
Y con no sospechada maestría
Le ofrece su consuelo a manos llenas.
Agosto 30 de 2010.

Juan Javier Bottiglieri

El niño

El niño
(El alma es la peligrosidad)
Un niño es algo muy parecido a todas las demás personas y es poco por lo que uno puede distinguirlo de ellas. Uno de los rasgos es la seriedad: los niños son personas muy serias
Otra distinción es su inagotable sed de investigar todas las cosas, una curiosidad que no repara ante el valor ni la gravedad de los objetos del mundo que lo rodea.
Con la misma serenidad rompe una flor, da vuelta una maceta, despanzurra un gato, come tierra o mete los dedos en el enchufe, para saber qué hay adentro, no más.
Lo único que detiene a un niño es la corriente eléctrica, el calor de la plancha o el tarro de agua hirviendo que le cae en la cabeza: para un niño el alma de las cosas tal vez, consista en su peligrosidad.
Otra característica es que un niño no puede valerse por si mismos y entonces tiene incontables recursos para hacernos creer que nos ama y de este modo obligarnos a trabajar sin descanso.
Hay además quienes opinan que un niño conserva el rencor y otros que no, que enseguida olvida, a lo que aquellos responden que se hace el que olvida. Y así se enfrentan y facturan estas dos grandes escuelas que nunca van a coincidir en que el olvido y la memoria, el ruido y el silencio, la luz y la oscuridad, el odio y el amor son hebras inextricables de una misma tela.
La historia que pretendo contar está en un párrafo del libro “la casa de los conejos”, de Laura Alcoba, aunque ya tenía referencias de ella.
Ocurrió hace mucho, en la edad antigua, durante el siglo pasado, en los años setenta, cuando héroes y hombres se diputaban la tierra.
Entonces los guerreros acordaron en muchas cosas y en cambio en otras disentían un poco, por ejemplo si era conveniente formar pareja y tener hijos y para el caso, si el matrimonio debía consagrarse de por vida o si era aceptable el divorcio.
Para los puelches la unidad debía ser para siempre, que en la guerra es “algo” y el infiel castigado con la degradación. En cambio los montañeros lo aprobaban sólo mientras durara el aprecio.
Por espartanas razones los puelches y montañeros coincidían en que el amor era útil para la pelear con la espalda y para la seguridad del reposo; y que los niños eran el corazón de la batalla y en fin, que parecerse a lo los hombres era bueno.
II
Laura destacaba en la carrera y en el arte de la música; hija de Pedro el primero en la caza de la liebre, dueño de vacas y tierras en Morteros, hijo él a su vez del navegante Julián Gaudiamo, expulsado del Piamonte por las huestes, ella se unió al combate de los montañeros a los diecisiete años.
Era la mejor en la huida, en el lanzamiento de la botella incendiaria y en la arenga de la multitud con el canto que todo lo subyuga.
En la universidad conoció al puelche Ariel, óptimo en el arte de la medicina y el juego de baloncesto, hijo de Daniel el más certero en la arquería, hábil en el ejercicio de la obstetricia, sol de comadres e hijo él del Garay Labrador, que vino a Ceres de fecundas glebas huyendo de las huestes de la falange después de matar a muchos.
Ariel era el mejor en la emboscada y el más hozado en colocación de la bomba que todo lo estremece. Se casaron y el 25 de mayo tuvieron un niño llamado Simbad.
Con sendos apodos en Ferreyra encontraron lugar. Él dejó la medicina y entró en la fábrica de autopartes con el nombre de Saúl. Olivia se empleó de enfermera en el Policlínico y con el auxilio de puelches y montañeros se organizaron para cuidar al niño.
En el primer año durante el día era el trabajo, el Sitrac-Sitram y la colaboración con el dispensario; la vida corría alegre, Simbad lactaba o paseaba en brazos de sus nodrizas y a puelches y montañeros todos se preciaban de acompañarlos.
Ciertas noches Saúl ponía caños y otras tantas Olivia salía para atizar la deflagración que embeleza.
El 73 antes de nuestra era fue una fiesta, quizá muchos lo desconocen pero la mayoría aparenta haberlo olvidado.
Fue Posidón sin embargo quien se distrajo en la batalla en beneficio de la estirpe de Ares que sitiada era apoyada por Dios y en febrero del 74 el cielo comenzó a espesarse; intervinieron el sindicato, detuvieron a Saúl y Olivia se mudó con sus padres hasta conseguir casa y trabajo. Laura fue recibida con el nombre recordado en las tierras medias y Simbad iluminó las esperanzas de los Gaudiamónidas que lloraron el día que se fue.
Lo que pasó con Saúl es un misterio porque de estar prisionero la radio anunció su muerte en una confrontación. Laura buscó consuelo en el error pero el rostro en el diario era el de Ariel.
El 1º de julio nevó en Córdoba, las tierras altas se vistieron de blanco y vencida la moderación de la batalla los linajes de Gaudiàmonidas y Labradóridas se hundieron en el sueño de las aguas profundas juntos con Posidón.
No importa el nombre ni las parejas que después de caer Laura cuidaron a Simbad, todas lo arrebujaron y los montañeros los proveían de renta y casa “limpia”.
Rosa y Limón fueron los últimos que tuvieron al niño que vino a barrio Guemes con la consigna de una vida tranquila. Detrás del cuadrito de Fernando Fader con la mulita y el álamo embutieron las poquitas armas que con el aire tibio de noviembre tirarían al Río Primero.


III
Ya en el aclarar de nuestra Era deambulé decenios como fotógrafo de plazas y calesitas entre madres trémulas por los misterios del embarazo y ancianos que diputaban los peligros de la fisiología
Una vez en la arena bajo las cadenas chirriantes de la hamaca violenta jugaba un diablillo. No entiendo el misterio de la mica y el reflejo que inclinaban al mudito hacia el escarabajo alado o a despatarrar langostas. Varias veces la suerte lo peinó de ida y otras tantas lo despeino a la vuelta hasta que logré sacarlo al modesto precio que el columpio loco me cobró en la sien. Con la sangre en el ojo entreví desde el piso por una mueca aleve de su mirada fría que algo divino había allí. Entonces recordé el final de aquella historia en los vetustos libros de la edad antigua que leí una vez
En contra del sol de la tarde sobre una casa de Guemes Rosa y limón velaron por la prosperidad de un jardín con lasitos de amor, hortensias, achiras y plantas sencillas que florecerían en la primavera. Ellos no estaban en ninguna agenda ni habían sido delatados por fotografías, vecinos o noticiarios porque su iniciación en la batalla fue tardía y nadie quería para Simbad que el sitio se comprometiera.
Pero Ares embriagado de triunfo selló las cuadras, pisoteo jardines, entró en las vidas y se llevó lo que valía porque la ofensa se repara con la devastación, en todas las guerras es así.
Un día, con la puerta abierta hacia el sol de Septiembre en el bosque de botas Simbad buscó el refugió del corazón de sus padres. Por la causa de las furiosas armas Rosa y Limón tuvieron los brazos en la espalda y las frentes apretadas contra la pared. También la tierra tembló con el peso de mil divinos carros azules y diez mil carrozas verdes empujados por cien mil alados caballos de fuerza.
Ante la fascinación del pequeño todo fue investigado, volteadas las macetas, despanzurradas las cajas eléctricas, abierta la plancha, tumbadas las ollas, destripada la guata de los muñecos de trapo y husmeado el geranio y las achiras de cuajo… Y hurgaron en el alma de casi todas las cosas porque donde reside su peligrosidad es ahí.
Cuando vino el alivio del hierro en la nuca Rosa y Limón no respiraron enseguida pero Simbad corrió a ver. El sol iluminaba el plano del hermoso rostro cuya cabeza a contraluz sus padres apenas si podían distinguir. Atraído por los risueños bucles del bastardo un guerrero demorado por el pérfido Ares ordenó a sus camaradas que se apostaran tras de sí. Rosa y Limón quisieron abrazar el niño pero fueron detenidos por la soberanía del fusil. El soldado en cambio reparaba intrigado en el paisaje serrano de la mulita y el árbol inadvertido para la requisa que el bracito de Simbad señalaba en la pared.
Un niño es algo muy parecido a las demás personas, pero no lo es. En el momento en el que a él se le ocurra, la suerte decide nuestro camino y vaya uno a saber si es por rencor, siniestra inocencia, malsana curiosidad, intrepidez de cirujano o qué.
A Simbad, Limón y Rosa nunca nadie los volvió a ver.

viernes, 15 de octubre de 2010

Mientras ella teje...

Mientras ella teje....
Mientras ella teje la vida será siempre sin titubeo un amparo y en el huevo del tiempo hoy erijo la viga y hoy erijo la viga y es hoy eternamente la confianza que funda y todo está en origen y regreso y progreso más y más si ella teje.
Qué sagrada mudez qué sagrada mudanza

viernes, 8 de octubre de 2010

Irremediable

En "Leyendas de Rodavlas" se puede leer que el varón era tan feliz en el paraíso que a Dios le fue insoportable el error de haber concebido a un ser tan dichoso y perfecto, casi a semejanza de Él. Entonces, mientras dormía le hurtó una costilla y nada más que para fastidiarlo fraguó la mujer. Al despertar y ver algo tan bello el varón no cesó de alabar la grandeza del Señor y comió del manzano y fue aún más feliz. Dios llamó a ésta su segunda gran equivocación "desobedecer". El varón, que podía ahora "crear", se le asemejaría aún más. Irrritado porque Dios era él, Dios se consoló en la complacencia de su genialidad por disponer de tantos huesos alrededor del corazón de su invención. Entonces mientras ésta dormía le extirpó otra costilla con la que hizo otro ser pero esta vez incapaz de reproducir. Al despertar y ver algo tan bello para sí el varón no cesó de alabar la grandeza del Señor y comió del manzano y fue aún más feliz. Trémulo de cólera por tanto desacierto tuvo que reconocer que álgo se le había escapado entre los dedos al poner en el mundo a un ser que en amor competía con él y antes de arremeter contra su pecho le envió cien infortunios para que entendiera quién era quién. El varón entendió y levantó los brazos al cielo en ofrenda del torso para que Dios dispusiera. Pero Diós no es lerdo y comprendió la treta: "si prosigo deshuesándolo" se dijo "lo haré más dichoso" Acordó entonces con ángeles y demonios una batalla de desprestigio que dura hasta la fecha contra el amor viril. Esa cosa en alguna parte del varón que parecía inofensiva e insignificante y que se le pasó por alto cuando lo terminó de hacer. Algo hurtado, noble, tierno, que no tenía hueso, pero que el amor fraguaba como el hierro y que en cierto modo competía con él se le fue de las manos al pasar desapercibida la aparatología celeste y no lo puede corregir......