domingo, 21 de noviembre de 2010

El presupuesto

El quirurgo se apronta para la sección, exuda. La compuerta del quirófano esclusa el dominó de intriga y suspenso que trastabilla a todo el mundo afectado al sujeto. La mortaja señala el terreno en el que el filo imperturbable recorrerá su elemento. En el centro solar de los spot, solitario, incólume, opera el médico. Es zona minada y contingente. Adentra un ingenio milenario de evolutiva razón: no es humano el invento. Hace lo que sabe, lo mejor. No es mala ni buena la intensión, otro es el presupuesto.

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