miércoles, 12 de enero de 2011

El Alma del zoológico

Mucho me soprende que la etiología del moribundo halle justificación en su mala relación con otro. Se dice, se insinúa, se busca la afirmación de que el muerto fue asesinado. La convivencia inapropiada es el recurso letal del que se habla. Una confusión, un contrapunto en la trama... No se llega a confesar que lo engañoso sea culpable y que el nudo fue el error de haber amado.

Por sobre todos los animales del zoológico en la cama de corrales que Alma configuró con cartón a modo de terraza desnivelada fue un gran consuelo ver la jirafa.
Cuán encadenada y extraña nos pudiera parecer tiene poca importancia. Intriga en cambio saber cómo ella nos vio, qué bichos somos desde la estatura más alta.

Porque la intolerancia animal habita un sitio desde el que se presume la supremacía de locador privilegiado. Pero un día incomprensible morimos, igual que los patos, sólo por error, sin hacer nada malo.

3 comentarios:

  1. Leo, vuelvo a leer, no se si llamarlo a BD para que me eche una mano (seguro que no va a darme bola porque anda panza arriba masticando arena), y termino sin saber si se trata de Alberto Caeiro, Ricardo Reis, Alvaro de Campos o de mi querido amigo don Salva.- (Mi abuelo solía decir "no es pa' todos la bota e' potro").-
    Como sería morir igual que los patos?

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  2. Qué pregunta tan tributaria de la razón y la literatura es la suya amigo Alvaro:¿Cómo mueren los patos? Un día incomprensible, solo por error, sin hacer nada malo....

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  3. Cómo mueren los patos...
    Por error un día insospechado sin hacer nada malo. Mueren con los ojos abiertos alejado de la insolente majestad de los ánades. Da impresión que sonrieran pero agonizan discretos y desdentados. De elemento en elemento andan los patos que nunca cesan de huir...

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