domingo, 4 de septiembre de 2011

Ella II


La amaba y la cuidaba como un jardinero a su rosa. Por eso me asombro aquella mañana con la pregunta:
-¿ Cómo es el mundo, mi Rey?
Lo pensé largo, y aunque hubiera preferido mantenerla apartada del tráfago horrendo que es salir a ganar el pan, le regalé una suscripción del periódico.
Me pareció entretenida y en sosiego durante buen tiempo en la lectura y relectura de aquella selección de sucesos, que al igual que un mapa, vendría a ser un matutino: algo así como la representación del mundo, de una cierta idea del "mundo". Hasta que quiso la fortuna que para mi desdicha, se le despejara el cerebro y descubriera el engaño. Conque otra mañana, volvió a preguntarme:"-¿Como es el mundo mi señor?-"
Fue justo en 1956, con la expansión de la radio y entonces, llevé a casa el mágico aparato. Era lindo; bailábamos, oíamos música y hasta nos enteramos de aquel día en que los marcianos invadieron la tierra. Luego, cuando salía para el trabajo, ella escuchaba noticieros, reportajes, pero sobre todo, radioteatro, mucho radioteatro.
Por desgracia, todo llega a su develamiento y con el conmovedor recurso de la misma pregunta, "la esclava" obtuvo televisor, celular, internet y cuanto a la tecnología se le ocurriera brindarnos acerca de una representación ficcionada, lo más exacta posible, de "lo que es el mundo", para entretenernos. Fue así que ante la imposibilidad de proveerla de una respuesta cierta, opté por quedarme en el solaz de la casa a cuidar los niños, sacar brillo a las ollas, desmalezar el jardín, preparar la comida y mimarla, porque ella es mi reina y yo su jardinero y espero, que traiga la suficiente cantidad de dinero y tenga el seguro de vida a la fecha; no quiero pensar qué será de nosotros si se infarta y nos deja a merced del mundo, de éste mundo, que ella ahora conoce y ya sabe que es horrendo

1 comentario:

  1. En 1956 usted estaba en una cuna rellenando los pañales, dejese de embromar. Si nunca estuvo casado y nunca se gano la vida.

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