lunes, 9 de abril de 2012

Cronópolis, comentarios

Hola apreciado Donald. Muchas, pero muchísimas gracias por atreverse a la lectura de esto; no calibra lo valioso de su consideración temprana. Esto que he hecho, y que ha costado algún esfuerzo, al menos un cierto tiempo, es el intento de revelar una percepción que se resiste y para la cual, aún no afino en comunicar. Espero vivir hasta poder hacerlo. No aspiro a halagos engañosos, aunque tampoco apuesto en un lugar, en el que predominan las jactancias. Cariño sincero. Salvador.

P.S.: esto no es literatura. Tal vez haya leido a Cashirer, el atropólogo. Los humanos, no teneos el menor rasgo distintivo respecto de las bestias. Nos sentimos incluso tan inferiores a ellas, que blasonamos sus potencialidades en nuestros estandartes, desde siempre, desde el comienzo. Ahí va Castagneda, la marca de los autos, la performance canina, el diseño estético de las minas. Es posible, que la clave de articulación del cuento, esté en esas dos palabritas: homo moluscular. La idea, es que quien no alcanza el símbolo, el código, no entra en la consideración de nadie. Doy por caso: usted se comería a su mascota, intervendría quirurgicamente a un familiar, haría una gran obra sin pensar en alguien que la merezca?
Si vale algo el cuento, recorrerá su camino; pero acelero en la dirección de una exégesis: "no hay nadie detrás de tus lentes oscuros", el título de una canción que no existe y que se repite tres veces, dice que a condición de que él no está, todo funcionará normalmente. Por ello de las dos ciudades, que en mi pueblo, son tres, una de ellas Frontera, lugar de perros, putas, telos y pobres, una nace como Afrodita, del polvo exedente del linaje de Cronos....
Pero deberé hacer mejor literatura. En el foro, hay otros como usted, de los que aprendo mucho. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario