lunes, 9 de abril de 2012

Cronópolis, comentario

Auria Plaza
Amigo Salvador o Héctor, o prefieres que te diga Salvador Héctor o como yo suelo llamarte Tortosa: Me encantó tu cuento, es delirante. Esa retahíla de perros y carros lo encuentro muy masculino. La ciudad loca y despersonalizada describe muy bien la metrópolis. Inventaste un montón de palabras que me sacaron del tedio de esta semana pero que no me sacaron del relato. El juego erótico de la berlina me desconcertó un poco porque le faltó sensualidad (empezando por la tela del vestido de la dama, muy rústica para una “jinetera”) yo diría: muy perruno.
Definitivamente un relato diferente como sólo tú lo sabes hacer, inclusive cuando comentas lo escrito por otros. Te devuelvo el texto con algunos globitos, nada importante, solo un ejercicio que hice después de leerlo para ver lo “literario”, aprender y enriquecerme, lo ortográfico ya lo van a hacer otros y seguramente muy bien.
Saludos,
Auria

Auria, tu comentario me conmovió. Resulta que no pude abrir el archivo y entonces, aplacé la réplica. Es verdad que no es esa la tela, cuyo nombre, pregunté muchas veces a la dama que la vestía y al fin, he logrado olvidarla. Es una palabra fluida como agua, que me parece, lleva una ere y una ge. Es cierto además, la nula sensualidad de la relación, si se la ve aislada. A ello apunta la idea, sospecho: todo habla de vínculos, menos los que se aman.

Gracias por tu lectura y por poner miente en el aprovechamiento de la misma. Vislumbro la ilación argumental como un comienzo, porque tu comentario y el de Donald, Lourdes y Frosa, varían y amplifican la percepción que lo concibe.

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